viernes, 4 de septiembre de 2009

Somos muchos y no estamos solos

Somos más de 6000 millones, pero no somos los únicos habitantes del planeta. Lo compartimos con billones y billones de animales, plantas y organismos unicelulares. Y no se trata meramente de un caso de cohabitación: nuestra existencia depende de los vínculos que nos unen con esos otros organismos.

Lo dijo Albert Einstein: si desaparecieran las abejas los seres humanos nos extinguiriamos en cuatro años.

Sin la polinización de las abejas la mayoría de las plantas no podrían reproducirse y acabarían desapareciendo, arrastrando en su destino a todos los animales que las incluyen en su cadena alimentaria. Y entre ellos, estamos nosotros.



Todos los seres vivos forman parte de una compleja red que les conecta entre ellos y con su medio ambiente. Esa interdepencia se produce entre sus cadenas alimentarias, entre el tamaño de población que pueden alcanzar las diferentes especies y en los ciclos naturales de los elementos químicos.

Las moléculas de carbono que captan las plantas en forma de CO2 han podido ser espiradas por nosotros, tal vez mientras dábamos un discurso sobre el riesgo actual de los ecosistemas. El agua de nuestro sudor, antes estuvo en una nube y tal vez acabe en un océano. Comprender estas relaciones es el objetivo de la ecología.

Lo que nos diferencia a los seres humanos es que somos conscientes de esas interrelaciones.