lunes, 12 de octubre de 2009

Madrid, ciudad gallardónica

Con una deuda cercana a los 7000 millones de Euros, parece una broma de mal gusto  optar como candidato a la organización de unos juegos olímpicos. Estas son las bromas del alcalde Gallardón, uno de los políticos más oscuros, neuróticos y ambiciosos de toda la historia de la democracia española.

Pocas veces se podrá ver a un político más aprovechado de las instituciones, de los presupuestos públicos,  y del pueblo que el actual alcalde de Madrid, seguro cono se siente con la pasividad infinita de los madrileños y la incapacidad de la oposición.


Obras faraónicas, derroche monumental, deuda galopante, impuestos arbitrarios, todos los medios de comunicación y una nube de políticos y funcionarios oportunistas revoloteando alrededor del alcalde. Ninguno de estos personajes simbolizaba el espíritu de Madrid.

Tras el regreso de Copenhague el mensaje era esperpéntico: somos los mejores.

Ahora que las olimpiadas se han vuelto esquivas e inútiles para la carrera política de este sátrapa, ¿cuál será el próximo invento?

Madrid, Madrid, ¿quién te ha visto y quién te ve?

sábado, 3 de octubre de 2009

Diversidad y unidad

Todas las células -animales, vegetales, bacterianas o de hongos- funcionan utilizando mecanismos moleculares idénticos, derivados de la misma forma de vida que apareció en la tierra hace unos 4000 millones de años. La vida ha conquistado casi todos los hábitats del planeta, desde las zonas heladas de la antártida hasta las depresiones abisales oceánicas, pasando por los desiertos más inhóspitos. La diversidad de la vida es inmensa y los biólogos estiman que existen entre 50 y 100 millones de especies diferentes.

Cada año, la ciencia descubre nuevos hallazgos que evidencian la estrecha relación entre todas las especies. Los humanos y los chimpancés comparten el 99% de su material genético, y el 70% de ambas especies es idéntico al de los erizos de mar. Esa proximidad genética es la causa de que las moléculas constituyentes de los seres vivos sean fundamentalmente las mismas.




Gran diversidad en lo macroscópico, pero unidad en lo micro. Todos formando parte, inextricablemente, de la vida en el planeta.

martes, 15 de septiembre de 2009

¿cafeína + tecnología = adolescentes con sueño?

Nuestras necesidades de sueño disminuyen conforme vamos cumpliendo años. Las necesidades de sueño de los adolescentes son de las más altas y su intenso crecimiento necesita más de 8 horas de descanso nocturno. Sin embargo, a juzgar por un artículo recientemente publicado en la revista médica Pediatrics, no parece que esa sea la tendencia actual.

El artículo publica los resultados de un estudio que buscaba la relación entre el uso de la tecnología de ocio y el consumo de bebidas con cafeína con las horas de sueño y la somnolencia durante las horas de clase. Los resultados son los que nos estamos ya imaginando, sólo que esta vez vienen respaldados por una metodología rigurosa.

 Los adolescentes que han participado en el estudio tenían entre 12 y 17 años, vivian en un barrio del norte de Filadelfia y pertenecían a la clase media norteamericana (ingresos medios de 50000 dólares). En promedio, cada adolescente tenía 4 dispositivos electrónicos de ocio (ordenadores, videoconsolas, teléfonos moviles, reproductores digitales de música,..).


Sólo el 20% dormía más de 8 horas por la noche. Más del 80% veía la televisión después de las 9 de la noche, y un tercio se dormia durante la actividad escolar.

Al relacionar el consumo de cafeína y el uso de dispositivos electrónicos para el ocio, los autores del artículo observaron que ambos se asociaban con una disminución del tiempo que dedicaban a dormir. Los autores concluyen que el uso nocturno de la tecnología para el ocio induce un consumo de cafeína, y finalmente una disminución de las horas de sueño con la consiguiente somnolencia diurna.

Aunque el estudio se refiere a adolescentes estadounidenses, algo parecido podría estar ocurriendo ya en nuestro país, y si nó, seguro que pronto acabará ocurriendo. El punto clave del artículo está en reflexionar, y no culpar directamente a la tecnología del problema. El factor principal no es la tecnología, ni las peligrosas bebidas energetizantes ricas en cafeína (que debieran estar más controladas, especialmente en jóvenes), sino en el contexto cultural de las familias, y concretamente en el compromiso de los padres en educar a sus hijos de una forma saludable.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Los océanos son los pulmones de nuestro planeta

La aparición de la vida en nuestro planeta tuvo un considerable impacto. Hace más de 4000 millones de años, la atmósfera de la tierra era irrespirable: no había oxígeno sino que estaba formada fundamentalmente por vapor de agua (82%) y CO2 (12%, en contraste con la cantidad actual de un 0,03%). Con el tiempo, una forma primitiva de algas, las cianobacterias, aparecieron en el agua de los océanos y comenzó la fotosíntesis. Con la fotosíntesis comenzó a liberarse Oxígeno a la atmósfera, aumentando progresivamente su concentración hasta la actual (21%), cifra que se alcanzó hace 550 millones de años.

Ahora, el fitoplancton de nuestros océanos juega el mismo papel, renovando el oxígeno en la atmósfera y acumulando el Anhídrido Carbónico (CO2). El fitoplancton son plantas unicelulares, capaces de captar el CO2 y, junto con la energía solar, transformarlo en sustancia orgánica a la vez que desprenden Oxígeno a la atmósfera. Es el primer eslabón de la cadena trófica  de los océanos porque sirven de alimento a otros organismos que a su vez son alimento de otros, y así hasta completar múltiples eslabones. Su biomasa es mucho mayor que la de todos los bosques continentales, lo que hace que el 70% del Oxígeno que respiramos provenga de los océanos, y por eso, son los océanos y no los bosques, el verdadero pulmón de nuestro planeta.


 
Withsunday, Australia
 
Pero desde hace unas décadas, nuestras actividades industriales están modificando ese equilibrio delicado de nuestra atmósfera, y con la emisión de los gases invernadero (CO2, metano, óxido nitroso,...) además de destruir la capa protectora de ozono, estamos propiciando un cambio climático  cuyo efecto principal es el aumento de la temperatura del planeta con el riesgo consiguiente para sus ecosistemas.

lunes, 7 de septiembre de 2009

El prodigio de la vida

El prodigio de la vida ocurre en un escenario de impresionantes dimensiones.

En primer lugar, en términos temporales, el universo tiene una antigüedad de 14 mil millones de años, los primeros mamíferos aparecieron hace casi 200 millones de años, y la humanidad tiene una historia de 200000 años.

En segundo lugar, en términos espaciales, todavía no sabemos si hay vida en otro planeta del universo; desde el 1995 se tiene evidencia de que hay planetas que giran alrededor de estrellas, de modo que es posible que en el universo haya muchos sistemas parecidos a nuestro sistema solar.

Nuestra estrella, el sol, se formó hace aproximadamente 4500 millones de años, y su nacimiento desancadenó una serie de efectos que acabaron estableciendo las condiciones necesarias para la vida. Fue en torno a esta fenomenal fuente de energía donde se formaron los ocho planetas de nuestro sistema.

La tierra se encuentra a la distancia justa del sol como para permitir la vida. Pero esto no es todo. La masa del sol, su núcleo metálico y los efectos de la gravedad dotan a nuestro planeta de un campo magnético y una atmósfera que bloquean las radiaciones cósmicas nocivas, retienen la energía solar en forma de calor y protege al planeta de los bombardeos de meteoritos. Con la formación de agua se propiciaron las condiciones necesarias para la eclosión de la vida.

Isleta marítima. Archipiélago Vertmannaeyjar. Islandia.

Los humanos tenemos la tendencia a relacionar todo a través de una escala en la que nosotros somos la referencia y la unidad de medida. Sin embargo, en nuestros cálculos no entra el cuidado de nuestro planeta, la administración justa de sus recursos, de modo que podamos cederlo en condiciones apropiadas a nuestros descendientes.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Somos muchos y no estamos solos

Somos más de 6000 millones, pero no somos los únicos habitantes del planeta. Lo compartimos con billones y billones de animales, plantas y organismos unicelulares. Y no se trata meramente de un caso de cohabitación: nuestra existencia depende de los vínculos que nos unen con esos otros organismos.

Lo dijo Albert Einstein: si desaparecieran las abejas los seres humanos nos extinguiriamos en cuatro años.

Sin la polinización de las abejas la mayoría de las plantas no podrían reproducirse y acabarían desapareciendo, arrastrando en su destino a todos los animales que las incluyen en su cadena alimentaria. Y entre ellos, estamos nosotros.



Todos los seres vivos forman parte de una compleja red que les conecta entre ellos y con su medio ambiente. Esa interdepencia se produce entre sus cadenas alimentarias, entre el tamaño de población que pueden alcanzar las diferentes especies y en los ciclos naturales de los elementos químicos.

Las moléculas de carbono que captan las plantas en forma de CO2 han podido ser espiradas por nosotros, tal vez mientras dábamos un discurso sobre el riesgo actual de los ecosistemas. El agua de nuestro sudor, antes estuvo en una nube y tal vez acabe en un océano. Comprender estas relaciones es el objetivo de la ecología.

Lo que nos diferencia a los seres humanos es que somos conscientes de esas interrelaciones.

miércoles, 26 de marzo de 2008

El final de la política

En pocos lugares puede verse de forma tan evidente el divorcio entre poder público y política como en la Comunidad de Madrid, cuya forma de gobierno es más propia de una Corporación empresarial.

El matrimonio Poder Público-Política, que durante tantos siglos habitó la casa común del Estado-nación, se ha divorciado finalmente. Ahora el poder requerido para actuar con efectividad, del que disponía el Estado moderno, se ha ido desplazando hasta quedar finalmente acomodado en un espacio corporativo-empresarial globalizado e incontrolable políticamente. Es precisamente esta ausencia de control político lo que convierte a los nuevos poderes emancipados en fuentes inagotables de incertidumbre y riesgo popular.



La política, la capacidad de decidir direcciones conjuntas y establecer el propósito de las acciones de gobierno, al quedar despojada del poder ha perdido su razón de ser y ha emprendido un viaje de difícil retorno al reino del desprestigio, durante el cual, los gobernantes se van desentendiendo de la realidad cotidiana de las gentes y, apelando histriónicamente a la eficiencia, transfieren y externalizan las funciones que siempre habían asumido y les dotaban de legitimidad. Estas funciones, abandonadas por los gobernantes, quedan a merced de las caprichosas e impredecibles fuerzas del mercado, y al cuidado y discrecionalidad de la iniciativa privada. Es, en definitiva, el triunfo del individualismo feroz en detrimento de la comunidad y de su atributo más preciado: la solidaridad.
Madrid no es una Comunidad. Es una Corporación.