domingo, 14 de octubre de 2007

La ciencia como vehículo de mitos




Ahora que la esperanza en la política se ha perdido definitivamente, las culturas occidentales sólo encuentran expectativas en la ciencia.

Nadie puede poner en duda la realidad del progreso científico. Y es, precisamente al socaire de este progreso, cómo se fundamentó, a finales del siglo XX, la reedición neoliberal del fracasado mito comunista de la búsqueda de un paraíso terrenal factible por el hombre.

Cuando quedó claro que el mito comunista de un paraíso terrenal era un espejismo, apareció con toda su fuerza el neoliberalismo a promocionar su propia versión del mito: el capitalismo global logrará lo que el comunismo no pudo, y llevará la libertad y la prosperidad a toda la humanidad.

Y si el comunismo fue un espejismo, el neoliberalismo está siendo una farsa. Tanto autobombo y platillo con la difusión de la democracia y del libre mercado a todos los rincones del planeta, para al final llegar a donde estamos: guerras, proteccionismo económico, corrupción, inequidad, deterioro irreversible del entorno natural,.... Es decir, la misma historia de siempre.

La ciencia ha sustituido a la religión como vehículo de mitos, pero es incapaz por sí sola de liberar a la humanidad de sí misma.

domingo, 23 de septiembre de 2007

¿Otra previsión demasiado optimista?


Muchas predicciones científicas sobre el cambio climático son frecuentemente superadas por la realidad. Podría poner un buen número de ejemplos. Así, la previsión de que China superaría a EEUU en la emisión de CO2 a finales de 2010 se verá adelantada en casi tres años.

También podríamos estar quedándonos cortos en la previsión sobre la disponibilidad mundial de petróleo. Y esa podría ser la verdadera causa subyacente de la subida imparable del precio del barril, que ya ha superado la cifra de 80 dólares y podría llegar a la fatídica cifra de los 100 antes de que termine el año.

Ninguno de los argumentos económicos clásicos es capaz de explicar esta imparable ascensión del 200% del precio del petróleo en los últimos cuatro años. Es más, esta tendencia produce gran extrañeza en un escenario en el que se prevee un enfriamiento de la economía mundial a medio plazo.

El aumento de la demanda de petróleo, aunque constante, no alcanza la suficiente magnitud como para explicar el precio, y hay que recurrir a un déficit en la oferta como consecuencia de algo cada vez más evidente: la disponibilidad de petróleo ha empezado a tocar techo. La producción petrolera ha descendido en 33 de los 48 primeros países productores, incluyendo a 6 de los 11 pertenecientes a la OPEP.

Las causas podrían ser:
  1. La inexpugnable realidad geológica del planeta. A pesar de los grandes esfuerzos económicos y tecnológicos de las compañías petroleras la búsqueda de nuevos yacimientos es cada vez más dificultosa y con resultados poco rentables.
  2. La evolución geopolítica con el desplazamiento de los derechos de explotación desde las compañías privadas a los gobiernos.
Las alarmas han saltado en medios financieros internacionales ante las consecuencias de este nuevo fracaso en las previsiones. Pero, desde una perspectiva más global, tal vez deberíamos revisar con urgencia las herramientas de prospectiva que estamos utilizando.

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